Obra

Peldaños arcoiris

 

Técnica e interpretación

Esta obra está constituída por dos partes, que intentan mostrar el contraste (o relación) entre lo observable, macroscópico, y lo microscópico. Si nos ubicamos en uno de los puntos localizados en el piso, veremos la fotografía de una valva de mejillón, en la cual se observan variados colores sobre la superficie, los cuales dependen de la luz y la posición desde donde se mire. Posicionados en otro lugar se observará una fotografía de la superficie aumentada 15000 veces, la cual fue obtenida mediante el empleo de un microscopio electrónico de barrido.

 

Ciencia detrás de la obra

Sobre la superficie interna de la valva del mejillón, se observan variados colores, no un único color. Y considerando que la valva esta conformada principalmente por carbonato de calcio, por lo tanto el color observado en este caso no se debe a las estructuras cristalinas que conforman las sustancias que absorben selectivamente un color reflejando el resto (cómo se analiza en las obras de la sala “Sólidos”). La presencia de esta variedad de colores se producen por un fenómeno conocido como iridiscencia. Es así que se puede observar iridiscencia solo en la superficie interna de la valva del mejillón, que es aquella que está cubierta por una capa de nácar. Este nácar que se encuentra en la superficie presenta una estructura especial, tal cómo se observa en la micrografía de la obra (ver Fig. 1). La presencia de estos arreglos de cristales microestructurales se ubican formando múltiples capas delgadas superpuestas, separadas por un espacio similar entre capa y capa, y de un tamaño muy pero muy pequeño. Para que el fenómeno ocurra, ese tamaño debe estar en el orden de la longitud de onda de la luz blanca. Cuando un haz de luz blanca incide sobre este tipo de superficies, los diferentes colores que conforman la luz chocan contra estos pequeños microestructuras y se reflejan. Al haber una gran cantidad de microestructuras en la superficie, hay muchas reflexiones de luz, que interfieren entre ellas modificando la longitud de onda de las ondas reflejadas, y dando lugar así, a la percepción u observación de nuevos colores, que cambian a medida que se modifica el ángulo o dirección de observación.

Figura 1: Micrografía de la superficie del nácar, material interno de la valva de mejillón.